En aquellos mismos días, María se levantó y se puso en camino de prisa hacia la montaña, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Aconteció que, en cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó de Espíritu Santo. Lc 1, 39-41
El fin de las camareras de María Santísima Madre de Dios y del Santísimo Cristo de la Humildad es con carácter general el cuidado y mantenimiento de la imagen de la Virgen y del Cristo, así como de la capilla donde está situada y la participación en los actos que organiza la Hermandad del Silencio de acuerdo con lo dispuesto en los Estatutos Generales de la misma.
Así mismo las camareras colaboran junto con el vestidor en la presentación de María Santísima Madre de Dios en la estación de penitencia, en su triduo, en los diferentes tiempos litúrgicos y en las diferentes ocasiones en que la Junta de Gobierno determine la conveniencia de un cambio de vestimenta.